domingo, 8 de noviembre de 2009

LOS 80

Estoy viendo la serie de los 80, me encanta! Me hace recordar mi infancia, mis vivencias, de como fuimos, y como hemos cambiado. Como hoy hablamos de dos infancias tan diferentes una de la otra. Del papel de la mujer, bien sometida. Del respeto de los hijos a los padres, y como los padres se esforzaban por dar educación a través de una verdadera imagen autoritaria. No como ahora, que a los niños, le preguntan todo: qué quiere comer mi amor? Estaba bien cambiar un poquito, porque en esos tiempos el respeto era tanto, que los niños llegaban a sentir verdadero pavor. Yo misma me acuerdo que cuando me portaba ´mal´, entrecomillas porque nunca consideré portarme realmente mal, mi mamá me amenazaba con que le diría a mi papá, esto provocó que poco a poco, la figura de mi papá se fue desdibujando, y se fue transformando en un verdadero monstruo. El me producía verdadero miedo, trabajaba como loco, y siempre estaba agotado, por lo que cuando él estaba en la casa, todos debíamos estar en silencio.
Pobrecito, ahora lo comprendo, el no tenía la culpa de todo lo que decía mi madre para poder controlar la situación. El vivía estresado, y a penas llegaba, ponía la cabeza sobre la almohada y se quedaba dormido.

Eramos bien aguaguados e inocentes, jajajaja, no teníamos internet, ni acceso a toda la información que los niños tienen hoy. Vivíamos más en los jardines, en el pasaje, jugando, patinando, andando en skate, jugando taka taka, ping pong, a la matita, a las quemadas, a la escondida, la pinta, los países, el poto sucio, la cola al burro, gallinita ciega, la ronda, los columpios, corre el anillo, saltar la cuerda, la silla musical, el colgado, el bachillerato, la bici, carioca, dominó, damas, ajedrez, pesca milagrosa, ufff, que recuerdos! Eramos creativos, y compartíamos mucho con otros niños, la mayor parte del tiempo al aire libre. tendrán algo en común esos niños con los de hoy??? Me cuesta creer que puedan tener algo en común, los de hoy parecen tenerlo todo, viven deseando y deseando cosas, y los padres los van llenando de regalos todo el tiempo, hasta quedar saciados. Antes éramos alegres de verdad, ahora veo a unos niños que han tenido demasiado, y que no por eso se sienten queridos, al contrario, se sienten más abandonados que nunca, y es cosa de verlos, son rebeldes, contestadores, y se ven algo desencantados, es como si a los 10 años ya no desearan nada más.

Se han perdido muchas cosas buenas, como lo era la cultura familiar, el rito de estar en familia, almorzar y comer juntos, que la mamá se preocupe de ayudar a su niño a hacer las tareas, se ha perdido el cariño, y sin quererlo nos hemos distanciado. Los niños pasan más tiempo frente a una pantalla, ya sea de TV o al computador, no tienen límites. Nosotros, mi generación, si los teníamos, podíamos ver tv una cierta cantidad de tiempo, se apagaba la tv a cierta hora, al igual que la luz, y aunque uno no quisiera dormir, había que hacer el esfuerzo, porque una vez que se apagaba la luz no había pie atrás.

Lo más rico, es que había calor de hogar, mi mamá siempre nos regaloneaba con alguno de sus manjares que preparaba en la cocina. No digo que eso esté del todo bien, porque era una forma de expresar el amor a través de la comida, cosa que me afectó principalmente a mi. Que comía cada vez que necesitaba sentirme querida, o llenar esos vacíos. Y bueno, porque en esos tiempos crecimos comiendo sin saber muy bien el tema de lo que hoy se sabe por alimentación saludable. Tomábamos mucha leche Milo, es más, me gustaba tanto que escondida me la comía a cucharadas, llevaba de colación al colegio, pan con manjar, nos gustaba la ambrosela, y muuuuchos dulces. Aunque no todo era rico, ya que por el cólera, debíamos comer todo cocido, eso era horrible, odiaba las verduras cocidas. Y en ese tiempo sí que le dedicaban horas a la cocina, entonces, comía muchas comidas que odiaba: guatitas, cochayuyo, guisos, charquicán , cazuela, osobuco, panitas, legumbres de todo tipo, tomaticán y blablabla. Me dejaban horas sentada en la mesa, hasta que me comiera todo, y yo era muy mañosa. El tema de la comida no solo me entraba por la vista, por ejemplo habían colores que me chocaban y que no era capaz de comerlos, como el amarillo, jajajaja. También me chocaban los olores, y no me gustaban los revueltijos tipo salpicón. Las texturas también eran un tema, nada que fuese onda gelatinoso o baboso.

No teníamos muchas opciones en la TV, me acuerdo que los sábados era clásico pasar todo el día en la cama de mis papás, todos juntos viendo Sábado Gigante. De los monitos, me gustaba Marcos, Candy, Heidi, Los Cariñositos, Los Pitufos, Scooby Doo, Tom y jerry, el corre caminos, el oso yogui, piolín, pequeña Lulú. Era una niña más bien tierna. Y me acuerdo de algunas teleseries que veía con mi nana, Los títeres, Angel Malo, La Madrastra, Estrellita Mia (argentina, con Andrea del Boca). Esas eran buenas teleseries no como las de ahora, eran intensas, sufridas, pasionales, y muy creíbles. Me gustaba ver tardes de cine, a Laura en la Pequeña Casa en la Pradera , me gustaban las de vaqueros.

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